viernes, 26 de noviembre de 2010

Una solución para el Sahara

Los hechos son muy graves y es verdaderamente preocupante la situación creada en el Sáhara Occidental. Hemos de rechazar la violencia como método para resolver cualquier tipo de conflicto y apelar que las partes retomen la vía del diálogo, y haciendo un llamamiento a la contención para que se restablezca la total normalidad en la zona, pero principalmente deben esclarecerse de manera urgente las circunstancias en que se produjeron los hechos, y solicitar a las autoridades marroquíes aclaración sobre las circunstancias del fallecimiento del ciudadano español Baby Hamday Buyema.
 
Este es un conflicto que se prolonga demasiado en el tiempo y es imperativo que se alcance una solución cuanto antes. España ha de desarrollar una política de compromiso activo y responsable para impulsar la resolución del conflicto, en el marco de Naciones Unidas, y es la única vía para alcanzar una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable que prevea la libre autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental, conforme a los propósitos y principios recogidos en la Carta de Naciones Unidas.

En este sentido, valoro de una manera muy positiva la decisión de Marruecos y el Frente Polisario de mantener las negociaciones en Nueva York, pese a la situación que se había provocado en el Aaiún, asi como el anuncio que se ha hecho ya de que habrá una próxima ronda de conversaciones en diciembre.

Los valverdeños compartimos la preocupación por la situación humanitaria del pueblo saharaui, y me parece importante destacar y recordar el papel activo que hemos tenido siempre en relación a ello, tanto desde el punto de vista político -formando parte del Grupo de Amigos del Sáhara, - como teniendo una posición muy activa en materia de cooperación con el pueblo saharaui.

Hemos de seguir reiterado a las autoridades marroquíes la solicitud de que se facilite el acceso a los medios de comunicación españoles, para que puedan trabajar con normalidad y total transparencia.

Es cierto que las relaciones con Marruecos constituyen un papel importante de la política exterior española, ya que se trata de una política de Estado basada en razones de seguridad en la lucha contra el terrorismo, en la lucha contra el narcotráfico, en la gestión conjunta de los flujos migratorios y también las relaciones comerciales y económicas. España está comprometida con la estabilidad, el desarrollo económico y humano, así como con la integración regional del Magreb. Pero España ha de actuar con firmeza frente a quienes hacen uso de la violencia y actúar en la defensa del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui mediante una expresión libre y democrática.
 Va por ti Hadma. Mil Besos.

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