martes, 27 de octubre de 2009

El fotógrafo Sebastián Conejo muestra las mezquitas del área de Barcelona en la serie que exhibe en la fotogalería de UFCA


Cada vez hay más personas que viajan. Cada vez hay menos viajeros. Son pocos los que eligen un destino sin fijar de antemano las paradas de su ruta y, menos aun, los que están dispuestos a adentrarse en las carreteras secundarias. El fotógrafo Sebastián Conejo (Valverde del Camino, Huelva, 1974) forma parte de la minoría capaz de encontrar aquello que no figura en las guías de viajes.


Llegó a Barcelona como inicio de una trayectoria vital. Prestó atención a los lugares y acontecimientos que cabe esperar de una ciudad conocida por sus maneras europeas y comocentro de acogida para los artistas de las provincias en un exilio voluntario. Sin embargo, algo captó su interés casi desde el primer momento. Descubrió casi por casualidad las mezquitas de la zona, que nada tenían que ver con la imagen de mezquita que habita en la imaginación colectiva.

Conejo fotografía las mezquitas creadas por los musulmanes en Cataluña a partir de la década de los setenta. Son espacios creados, no construidos. No se trata de grandes obras arquitectónicas dotadas de un mirhab y un minarete desde el que el almuédano llama a la oración. Son lugares habilitados en garajes, sótanos, viviendas de alquiler y almacenes. Las tuberías ocupan el lugar de los relieves ornamentales y las columnas no son de mármol y redondeadas, sino cuadradas y de hormigón. Es la realidad de quienes adaptan con urgencia y pocos recursos un lugar para no olvidar los orígenes. Su serie 'Mezquitas', que se expone en la fotogalería de UFCA (Avenida Fuerzas Armadas, 26) desde el pasado viernes, muestra el interior de estos espacios a los que no acceden los turistas de temporada.

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